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Campos verdes

Seamos Protagonistas de Nuestra Vida

  • Foto del escritor: Facundo Daireaux
    Facundo Daireaux
  • 9 feb
  • 2 Min. de lectura
La libertad es inútil si no la ejercemos como personas que tomamos decisiones. Lo que no cambiamos lo elegimos.
La libertad es inútil si no la ejercemos como personas que tomamos decisiones. Lo que no cambiamos lo elegimos.

“El privilegio de una vida es convertirse en quien realmente eres”.

Me encanta esta frase. Pero es muy desafiante, para saber en qué convertirnos tenemos que saber quiénes somos. Y esto implica mucho trabajo interno por hacer.

¿Sabemos en quién nos queremos convertir? ¿Sabemos quiénes somos? ¿O vamos por la vida por inercia, corriéndola de atrás, urgidos por alcanzar lo mundano y afectados por los mandatos que nos fueron imponiendo tácita o explícitamente?

¿Somos conscientes del curso que va tomando nuestra vida, hacia dónde nos lleva eso, y en qué medida se alinea con quienes somos o queremos ser y con nuestros anhelos más profundos?

Es tan corta la vida como para no animarse a ir por todo. Qué picardía dejar pasar los años y no percibir esto.

La libertad es inútil si no la ejercemos como personas que tomamos decisiones. Lo que no cambiamos lo elegimos.

¿Somos protagonistas o espectadores de nuestra propia vida?

¿Pedimos la pelota o nos la pasamos atajando penales?

Tenemos que ser dueños del partido, dueños de la pelota. El partido es nuestro, y dura 90 minutos. La cinta de capitán la llevamos nosotros, nos tiene que correr sangre por las venas!!

No vamos a controlar todas las jugadas, no depende todo de nosotros. A veces vamos a perder el control de la pelota, pero a veces vamos a tirar un caño o acariciarla abajo de la suela, y qué lindo que es eso. Lo importante es ser protagonistas de nuestro partido, y qué bien se siente eso, qué inyección de vitalidad.

No podemos estar pidiendo la hora sin habernos jugado por lo que queremos, por la vida que queremos. No estamos acá para hacer lo que otros “esperan” de nosotros.

Hay que jugársela, hay que ir por todo. Jugátela por amor, jugátela por pasión, jugátela por lo que te gusta. Jugátela por la vida que querés tener.

¿Tenes miedo de equivocarte? ¿Tenes miedo de cagarte de hambre? Yo también. Pero mucho mas miedo me da ver pasar mi vida sin ser consecuente con lo que me piden mis entrañas, mi estómago, mi corazón.

Que la mente esté a disposición del corazón, y no al revés. No hay forma de que nos vaya mal si lo que hacemos nos lleva hacia quien queremos ser. Estoy totalmente convencido de eso. Porque a eso vinimos.

Pedí la pelota, que ahí es cuando todo arranca.



 
 
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La Nativa Reflexiones

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Madrid, España

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