top of page
Campos verdes

No Era Espuma, Era Agua Pura

  • Foto del escritor: Facundo Daireaux
    Facundo Daireaux
  • 27 ago
  • 2 Min. de lectura
Captura propia del Mar Argentino (2017).
Captura propia del Mar Argentino (2017).

Hace un año decidí dar un giro de 180 grados en mi vida. Después de un largo tiempo de disconformidad con la vida que llevaba, decidí tomar el riesgo y barajar para dar de nuevo.

Ya hablé algo de esto en otra reflexión, pero esta vez va por otro lado.

En ese entonces, hace un año, dejé mi país, mi gente, mi trabajo, mi casa, vendí todo lo que tenía y me fui a vivir afuera. Sin planearlo. En pocos días tomé la decisión, y la materialicé en 15 días, aunque mi cuerpo la venía cocinando hacía mucho tiempo.

La vitalidad que sentí en ese momento es indescriptible, realmente. Personalmente, creo que tomar riesgos y hacer algo que nos pide el estómago, por más irracional que parezca inicialmente, nos vitaliza y estimula porque nos obliga a ponernos frescos para usar todo nuestro kit de herramientas, y resulta muy gratificante ver todo el potencial que tenemos dentro y de lo que somos capaces. En ese momento, pasé a sentirme muy, muy bien conmigo mismo. Con una alegría desbordante, con una vitalidad que sabía que no era ajena a mí, pero que sí la había perdido los últimos años. Esa alegría y energía serían pasajeras, pensaba yo.

Tenía que ser la típica espuma post-explosión, que reflejaba simplemente la novedad del cambio y el alivio de haber dejado atrás lo que me pesaba tanto.

Pensaba que en algún momento esa espuma se iría diluyendo para llegar a un estado “normal”, porque ese estado de alegría consistente y sostenida no podía ser permanente. La cuestión es que el tiempo pasó, pasó un año, pasó la novedad, y esa “espuma” nunca bajó. De esta forma descubrí que no era espuma, no era un síntoma novedoso y pasajero. Era sencillamente el reflejo de estar teniendo la vida que quiero, ni más ni menos.

Con mucha paz, agradecimiento, y alegría, hoy puedo decir que tengo exactamente la vida que quiero tener, y que alguna vez soñé. Tomé el riesgo, pero ahora, si miro para atrás, lo riesgoso era lo que hacía antes, de dejar pasar el tiempo con una vida que no quiero. Destapé una olla a presión, removí la mugre que taponaba todo, salieron todas las impurezas, y lo que quedó fue lo que tenía que quedar.

No era espuma, era agua pura.

Agua pura que cura.

 
 
image_edited_edited.png

La Nativa Reflexiones

image_edited_edited.png

Madrid, España

Suscribíte para recibir lo que escribo

bottom of page